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PATAGONIA SUBMARINA CHILENA, UN PULMÓN VERDE, EN PELIGRO...


Cuando pensamos en Patagonia, de inmediato lo asociamos a la idea de sitios inalterados, vientos, nieve, lluvias y un lugar donde todo parece adquirir dimensiones colosales: glaciares, lagos, montañas; sin embargo, pocos conocen la riqueza biológica que hay bajo el mar patagónico y la importancia de conservar estos ecosistemas, para la salud del planeta y el bienestar de su población.

Los ecosistemas Patagónicos, albergan un tercio de los bosques submarinos de algas gigantes pardas existentes en el mundo. Comúnmente se les conocen como huiro, sargazo o calabacillo y, forman parte de uno de los ecosistemas más productivos, biodiversos y dinámicos del planeta. Prosperan mayormente en aguas frías. Habitan desde la zona intermareal hasta unos 40 metros de profundidad. Su denominación de “gigantes”, es porque pueden llegar a medir 60 o más metros de longitud, y “pardas” por el predominio de un pigmento fotosintético conocido como fucoxantina, que les otorga ese colorido pardo-marrón, que prevalece sobre el verde tradicional de la clorofila de otras especies vegetales.

Son estructuradores de hábitats, es decir, sientan las bases para que otras especies, a su resguardo, puedan desarrollarse. A pesar de su importancia, como aportadoras de oxígeno y reductoras dióxido de carbono (CO2) y su decisiva contribución para ayudar a reducir el calentamiento global, todavía no hay certeza de su extensión a nivel global, sus patrones de distribución y abundancia en Patagonia, ni suficiente investigación para saber cómo se han visto afectados por el cambio climático, sin embargo, hay consenso que, los fríos mares a lo largo de la desmembrada costa occidental de Patagonia (Chile) albergan los mayores y mejor conservados bosques de algas.

En Chile están presentes cinco especies de huiros: tres que habitan en la orilla (intermareales), que correspondes a dos especies de huiro negro (Lessonia spicata y Lessonia berteroana), y el chochayuyo (Duvillea antárctica), y dos que viven bajo el mar (submareales), que son el huiro palo (Lessonia traberculata) y el huiro canutillo o flotador (Macrocystis pyrifera), esta última, la mayor de todas las algas y una de las especies de crecimiento más veloz en el mundo, que, en condiciones óptimas, en la temporadas de primavera y verano, puede lograr tasas de crecimiento de hasta cerca 50 cm diarios.

Los bosques de algas, en general, crecen hasta 30 veces más rápido que las plantas terrestres, regulan el PH de las aguas, son importantes barreras naturales que disminuyen la fuerza destructora de las olas, protegiendo la línea de costa. Proveen un lugar de refugio, desove y alimento a invertebrados e infinidad de especies de crustáceos, moluscos, peces, algunas variedades de gusanos marinos, pero también constituyen el hábitat de especies comerciales de gran valor en Patagonia como: centolla, erizo, ostión -representado por dos especies: el Ostión del Sur y el Ostión Patagónico, locos, cholgas y choros  que forman parte importante de su identidad cultural y económica, así como también del hábitat de mamíferos como ballenas, delfines, lobos marinos, que utilizan estas áreas para alimentarse y socializar.

A modo ilustrativo, para entender la importancia de proteger estos bosques de macroalgas, recordar que el principal gas de efecto invernadero que provoca el calentamiento global es el dióxido de carbono (CO2) y que el proceso químico que se produce en plantas, algas y algunos tipos de bacterias cuando se exponen a la luz solar, denominado fotosíntesis, permite que el agua y el dióxido de carbono (CO2) se combinen para producir materia orgánica (celulosa, almidones, azúcares, etc.). El resultado de este proceso clave, es la absorción del dióxido de carbono (CO2) y la liberación de oxígeno a la atmosfera.

En los orígenes de la Tierra, fueron organismos fotosintetizadores, como el fitoplancton, constituido por un amplio grupo de microorganismos unicelulares que habitan sistemas acuáticos, los que permitieron modificar la composición de la atmósfera terrestre, haciendo posible la vida tal como la conocemos hoy.

En la actualidad, el fitoplancton es responsable de producir más de la mitad del oxígeno atmosférico y de retirar una cantidad equivalente de CO2, por lo que el océano sigue siendo el principal sumidero de carbono global.

Sobre los bosques de macroalgas, a nivel mundial, hay abundante bibliografía para estar preocupados por su extinción. La mitad de ellos han desaparecido por la actividad humana (contaminación, extracción, etc.) pero también, por el aumento de la temperatura de los océanos, producto del calentamiento global. Los casos más emblemáticos e ilustrativos de su extinción son: California con el 97% y Australia 95%, sin embargo, en Patagonia han permanecido casi inalterados desde hace casi 200 años, desde los tiempos en que el naturalista británico Charles Darwin recorriera los mares patagónicos.

La doctora en Geografía y Medioambiente de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y postdoctorado de la Universidad de Victoria (Canadá), la chilena Alejandra Mora Soto, que desarrolló el primer mapa mundial de bosques submarinos, señalo que el calentamiento global no ha afectado mayormente a los bosques de algas patagónicas, que presentan una notable estabilidad, la cual podría explicarse básicamente por dos razones. La primera de ella es que el deshielo de los glaciares genera el ingreso de agua fría a los sistemas oceánicos. La segunda tiene que ver con los cambios en el patrón de vientos que alterarían el flujo térmico del océano, que ha mantenido, sin grandes variaciones su temperatura.

Por otro lado, si bien los bosques de macroalgas en Patagonia no han sufrido la desforestación causada por los “barreteros” -que operan en la parte centro y norte de nuestro país o en otras regiones del mundo- que arrancan de raíz las algas, impidiendo su regeneración, no es menos cierto que no es el único peligro a los que están expuestos.

La creciente demanda mundial de ácido algínico (polisacárido coloidal), que se obtiene de forma natural de las paredes celulares de las algas pardas, que alcanza concentraciones entre 20% y 25% de su peso seco y sus derivados como: sales sódicas, cálcicas y potásicas (alginatos) también altamente demandado por la industria para dar volumen, textura y viscosidad a una variada gama de productos cosméticos, alimenticios, médicos, odontológicos, farmacéuticos y otros, pueden convertir la extracción de macroalgas en una alternativa de sustitución de otros recursos marinos sobrexplotados, que ya no rentan lo suficiente, ya sea por vedas, reducción de cuotas de extracción, leyes de protección u otra variable, convirtiendo la extracción de algas en un preciado trofeo.

La doctora Alejandra Mora, recientemente señalo: la salmonicultura es otra amenaza, tanto para los bosques subacuáticos como los mares del sur de nuestro país. Hoy asegura, no existe protección eficiente, ni control real para los bosques de huiros de la Patagonia ni del resto del país, y que para conservarlos de manera efectiva se requiere crear más áreas marinas protegidas y el retiro de actividades contaminantes o extractivas cerca de bosques de algas.

Sobre el cultivo de salmones, el doctor en Oceanografía de la Universidad de California, Biólogo Marino, U. de Chile y presidente de la Asociación para la Defensa el Ambiente y la Cultura de Chiloé, Tarcisio Antezana, explica que la contaminación de las aguas por un exceso nutrientes liberados por la industria del salmón, provoca la eutroficación del ecosistema, aumentan los procesos de floraciones de algas que prolongan y avivan la marea roja (microalgas tóxicas). Además, se generan condiciones anaeróbicas en el agua que impiden la existencia de la vida en el mar. Al disminuir la concentración de oxígeno, algunos animales abandonan la zona, hay especies de plantas y algas que no llegan a crecer, y aumentan los microorganismos anaeróbicos, que no aportan oxígeno y, por el contrario, producen toxinas que ralentizan aún más la descomposición de la materia.

Antezana, además aseguró, que el elevado uso de antibióticos en la cría de salmones (incluso 6.000% más que lo utilizado en países europeos) puede originar serias perturbaciones en todo el ecosistema, incluso afectar a cetáceos como los delfines. Esta actividad, excede la capacidad de carga del ecosistema (hay un máximo número de individuos que cada especie puede sostener sin disminuir los recursos naturales) lo cual genera crisis como la anemia infecciosa del salmón (ISA) o masivas mortandades. En 2016, el vertido de 9.000 toneladas de salmones muertos en aguas del mar de Chiloé intensificó la marea roja y provocó una mortandad de 23 millones de peces y una profunda crisis social, ambiental y económica.

El avance de la industria salmonera hacia el extremo sur de Chile ha significado el daño de valiosos ecosistemas de fiordos y canales que han sido sustento de comunidades costeras desde hace siglos. Más del 50% de la superficie de la Región de Magallanes fue declarada con diferentes categorías de conservación (parques y reservas nacionales, reservas marinas e incluso categorías internacionales como reservas de la biósfera). Sin embargo, esto no ha impedido que empresas salmoneras desarrollen proyectos altamente contaminantes en la zona, incluso al interior de las áreas protegidas.

Cada vez nos impacta más, señalo Antezana, la recurrente seguidilla de desastres ambientales provocados por esta actividad: derrames, hundimientos, escapes de salmones, mortalidades masivas y proliferación de zonas muertas (anoxia), son solo algunos ejemplos. Todo esto ha puesto en peligro desde hace años a los ecosistemas marinos de las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes.

Por su parte, el destacado biólogo marino, Alejandro Buschmann, apoya las apreciaciones de sus colegas, Mora y Antezana. Mediante investigación bibliográfica, reconstruye la evidencia internacional que indica que la salmonicultura genera impactos graves y permanentes sobre los ecosistemas. Además, deja en evidencia la escasa investigación existente en Chile, la mínima protección ambiental y concluye que el enorme crecimiento de esta actividad no ha ido acompañado de la investigación científica necesaria que respalde normas regulatorias de control. Como consecuencia, el marco regulatorio es ineficiente, y no sólo pone en peligro el ecosistema sureño, sino también la proyección de la actividad en el futuro, debido a la degradación del medio ambiente y a los permanentes conflictos que genera con las comunidades.

Para muestra un botón… Tras más de 10 años de tramitación en el Congreso chileno, el lunes 29 de mayo de 2023, la Comisión Mixta votará el proyecto de Ley para La Naturaleza, que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, al cual empresarios y poderosas transnacionales salmoneras -varias tienen un amplio prontuario de delitos ambientales- se oponen sistemáticamente.

Finalmente solo recordar que: la ley para la naturaleza surgió como parte de una recomendación OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), para incluir a Chile entre los países definidos como “desarrollados… y no hemos cumplido.
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POR AQUÍ NO... EL LOBBY MACABRO DE LA INDUSTRIA SALMONERA.


Este documental de Greenpace, es una invitación a navegar junto a los actores Carolina Arregui y Benjamín Vicuña por los prístinos mares patagónicos chilenos, donde se visibiliza y denuncia el verdadero impacto de la industria salmonera en estos ecosistemas únicos y tan importantes para nuestro planeta.

Hoy se encuentra en grave riesgo la Reserva Nacional Kawésqar, un área protegida recientemente creada que corresponde a las aguas marinas del Parque Nacional Kawésqar

El lobby de la industria salmonera consiguió que el mar de este Parque Nacional quedara excluído y buscan instalar más de 60 nuevos proyectos en el área, los que se suman a los 68 proyectos ya aprobados en las aguas de la Reserva. ¡No podemos permitirlo! El medio ambiente, los ecosistemas y toda la biodiversidad está en serio peligro. 



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RESCATAN EL PRIMER ICTIOSAURIO COMPLETO EN PATAGONIA CHILENA


Como “Fiona” fue bautizada, el primer ejemplar fósil completo de una hembra adulta, preñada y con embriones intactos, de un Ictiosaurio (del griego ichtyos=pez y saurus=reptil) de 4 metros de largo, descubierto el 2009 por la paleontóloga e investigadora del Centro de Investigación GAIA Antártica de la Universidad de Magallanes Judith Pardo Pérez en el sector del Glaciar Tyndall, uno de los mayores del campo de hielo Patagónico Sur (331 km²), que se ubica en los limites del Parque Nacional Torres del Paine, en la Región de Magallanes, Patagonia Chilena.
 
Los ictiosaurios eran grandes reptiles marinos (no dinosaurios), que dominaron los mares entre los 250 millones de años (Triásico) y los 90 millones de años (Cretácico superior) y se extinguieron 25 millones de años antes que los dinosaurios, en el gran evento, conocido como Cretácico/Paleógeno, causado por el impacto de un asteroide, de 10 a 15 km de ancho, que generó la extinsión masiva y repentina de tres cuartas partes de las especies de plantas y animales de la Tierra,​ hace aproximadamente 66 millones de años y que además, define el termino período Cretácico, de la Era Mesozoica y el comienzo del Paleógeno, primer periodo del la Era Cenozoica, que continúa hasta nuestros días.

La expedición paleontológica liderada por la Dra. Judith Pardo, se desarrolló entre marzo y abril de 2022 -trece años despues de su descubrimiento- y contó con el apoyo de un multidiplicinario equipo internacional, que consiguió con éxito excavar y rescatar, en cuatro bloques, el primer fósil de un ictiosaurio completo en Chile. Además, enfatizó Pardo, esta es la única hembra preñada de edad Valanginiana - Hauteriviana, es decir, que vivió entre los 129 y 139 millones de años, durante el Cretácico temprano, registrada y extraída en el planeta.  

Este yacimiento paleontológico, que hace 140 millones de años fue una cuenca o un fondo marino, nos hace pensar que era un ambiente ideal para dar a luz a sus crías, señalo Pardo. Además, indicó, que la cantidad de ictiosaurios encontrados en un área pequeña, de tan solo 10 km, es increíble y concentra la mayor cantidad de fósiles de ictiosaurios del mundo. La mayoría de ellos están completos y sus esqueletos articulados, algo que no se ve en otros sitios.



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CANOEROS: MEMORIA VIVA


National Geographic y su proyecto de conservación marina Pristine Seas, presentó en 14/1/2022 el tráiler del documental "Canoeros: Memoria Viva", en el cual muestra la inédita expedición, sin precedentes, que realizó junto a miembros de los pueblos originarios (Kawésqar y Yagán) a la Reserva Nacional Kawésqar en el sur de Chile, para apoyar a estos en la protección de su territorio ancestral amenazado por la industria salmonera.

Su estreno mundial será en el Teatro Municipal José Bohr de Punta Arenas el 26 de mayo de 2022 y próximamente, estará disponible en el canal de National Geographic en You Tube .

 
A pesar de ser un área protegida, la Reserva Nacional Kawésqar, creada inicialmente bajo el nombre Reserva Nacional Alacalufes (2.313.875 hectáreas) a la que se incorporan terrenos de propiedad fiscal y otro proveniente de la donación de la Fundación Tompkins, para totalizar una superficie de 2.842.329 hectáreas en la Región de Magallanes, cuenta actualmente con 67 concesiones para salmonicultura ya otorgadas y otras 80 concesiones en trámite.

Durante la expedición se realizaron estudios científicos que describen cómo la Reserva Nacional Kawésqar es un área de máxima prioridad para la conservación debido a su alto grado de endemismo, fiordos vírgenes, glaciares, bosques lluviosos templados, hábitats oceánicos y el campo de hielo más grande fuera de las regiones polares. Sus principales amenazas a corto plazo son el cultivo de salmón y el cambio climático.

El informe publicado por National Geographic destaca que el conocimiento tradicional del pueblo indígena Kawésqar está fuertemente respaldado por los hallazgos científicos, sin embargo, como señaló Alex Muñoz, director para América Latina de National Geographic Pristine Seas "la reserva nacional Kawesqar ya está sufriendo graves impactos por salmoneras ubicadas en lugares de extraordinaria pureza, destruyendo un ecosistema único en el mundo". 

Entre los impactos más graves de la salmonicultura documentados en la Patagonia se encuentran los escapes masivos de salmones, que son especies invasoras y carnívoras, el uso masivo de antibióticos y antiparasitarios, la destrucción del fondo marino, y la muerte de ballenas, delfines y lobos marinos en sus centros de cultivo.
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MAR INTERIOR DE CHILOÉ: ¿UN MAR MUERTO?


Un artículo publicado por El Ciudadano el 12/2/2011, que mantiene absoluta vigencia...

En febrero del año 2011, el World Resources Institute (WRI) publicó un “Mapa Interactivo” mundial donde identificó 762 áreas costeras afectadas por eutrofización y/o hipoxia, es decir, sitios donde el ambiente acuático presentaba exceso de nutrientes y ausencia de oxígeno para permitir la existencia de vida.

La identificación de estos sitios se basó en una revisión bibliográfica ejecutada por el Dr. Robert Díaz, miembro del equipo del WRI que ubicó en Chile a un sitio afectado por hipoxia: el Fiordo Pillán, en la Carretera Austral de la X Región de Los Lagos, de acuerdo a los resultados de una investigación ejecutada en los fiordos Reñihué y Pillán por el Dr. Sandor Mulsow, de la Universidad Austral de Chile. 

Los resultados de tal investigación han permitido que Chile aparezca en el Mapa de la WRI, pues ambos sistemas (interconectados entre sí) alcanzaron un alto nivel de degradación y de pérdida casi absoluta de la diversidad marina por la acumulación de heces y de restos de alimentos para salmones que se acumularon en el sedimento bajo las balsas-jaulas, entraron en descomposición y consumieron, finalmente, el oxígeno del agua intersticial de los sedimentos, imposibilitando la vida. 

Sin embargo, el Fiordo Pillán no es el único lugar donde se manifiestan las condiciones de degradación ambiental que reúnen aquellas localidades que juntó la WRI en el Mapa citado: los fiordos Reñihué y Pillán son los únicos sobre los que se han publicado las investigaciones realizadas, pero falta aún la publicación de otros resultados y la reunión de las evidencias, manifestadas en diversos puntos del Mar Interior de Chiloé (Seno del Reloncaví más Golfo de Ancud) que apuntan a que este sistema marino, de extraordinaria importancia científica, avanza hacia la conversión en un Mar Muerto. Es decir, el que no se hayan materializado aún investigaciones y/o publicaciones sobre otros sitios hipóxicos en el Mar interior de Chiloé, no significa que no existan. 

La degradación que causó la Industria Salmonera, amparada por normas legales que generó su red de influencias políticas y la tolerancia de un Estado salmonero que le permitió todos sus abusos ambientales y sociales y le subsidió cada uno de sus caprichos, no sólo ha sido medida en los Fiordos Reñihué-Pillán, sino que el mismo Mulsow se apresta a publicar los resultados del estudio ejecutado en el Estuario del Reloncaví (X Región de Los Lagos) donde las condiciones de hipoxia en el medio acuático marino serían similares a las encontradas en Reñihué-Pillán: el oxígeno desaparece en el sedimento marino apenas entre los dos y tres milímetros de profundidad. 

La pregunta, entonces, es si existe la posibilidad de que otros sectores se encuentren en iguales niveles de deterioro ambiental y si esos sectores pueden señalar la presencia de un estado de defunción del Mar Interior de Chiloé. 

LA RESPUESTA A AMBAS PREGUNTAS ES SÍ 

Sólo en el Seno del Reloncaví, existen dos sectores extraordinariamente intervenidos por la actividad acuícola (salmonicultura y miticultura) en magnitudes que deben haber superado con largueza las capacidades de respuesta del medio acuático marino (“capacidad de carga”) a los desechos orgánicos y químicos que genera fundamentalmente la salmonicultura intensiva: Canal Caicaén e Isla Puluqui, en la comuna de Calbuco, al oeste de Puerto Montt. 

En ambos sectores, el Estado chileno, a través de sus servicios públicos, entregó concesiones acuícolas a tasas irracionales que han terminado por ocupar casi el 100% del borde costero, donde no existe distancia apreciable entre concesiones salmoneras y entre concesiones salmoneras y de miticultura… ni entre concesiones para miticultura (cultivo de choritos). 

Como se muestra en las figuras y mapas siguientes, los servicios estatales operaron con total irresponsabilidad para la entrega de concesiones en estos dos sectores en particular, donde sistemas SIN circulación de aguas fueron ocupados casi íntegramente por concesiones acuícolas. Tanto el Canal Caicaén ,como los senos en la Isla Puluqui, no tienen flujo de agua que permita, por ejemplo, la dispersión de los desechos orgánicos que genera la acuicultura y que se depositan sobre el fondo marino, posiblemente creando las condiciones de deterioro ya señaladas en los Fiordos Reñihué-Pillán y en el Estuario del Reloncaví.

Existen otras evidencias “administrativas” y empíricas que podrían sumarse a los resultados de las investigaciones de Mulsow y a las sospechas sobre el deterioro en el ambiente acuático de la comuna de Calbuco. 

Entre el Estuario del Reloncaví y los fiordos Reñihué-Pillán, estudiados por Mulsow en el año 2006, también fueron detectadas aguas pobres en oxigenación en el Fiordo Comau durante investigaciones ejecutadas por la Fundación Huinay, emplazada en ese sistema. La Fundación atribuyó este deterioro a las descargas orgánicas generadas por los distintos centros de producción salmonera instalados en el fiordo. 

En el Golfo de Ancud, la misma Comisión Regional de Medioambiente de Los Lagos (hoy, SEA-Los Lagos) durante el año 2006 rechazó “ampliaciones de producción” en centros salmoneros de la Comuna de Dalcahue, en el centro de la Isla de Chiloé, por detectarse sedimentos “anaeróbicos” (es decir, con concentración CERO de oxígeno disuelto en el agua intersticial de los sedimentos marinos) bajo las balsas-jaulas de la empresa Aguas Claras (filial de AquaChile). Igualmente, rechazó la ampliación de producción de otro centro de la misma empresa ubicado en Cochamó, en el Estuario del Reloncaví, por la presencia de aguas profundas pobres en oxígeno en el sitio de emplazamiento de las balsas-jaulas salmoneras. 

Por otra parte, el equipo Técnico de la Subsecretaría de Pesca, que condujo un irregular y probablemente ilegal proceso de Zonificación Comunal de Uso del Borde Costero en la Comuna de Queilén, donde no se respetaron, entre otras cosas, los derechos a la participación de las comunidades Huilliches locales, entregó un informe de “Diagnóstico” preliminar para la Comuna de Queilén, al sur de Dalcachue, donde se señalaban al menos dos centros de producción salmonera emplazados sobre sedimentos con condiciones “anaeróbicas”, según registros también del periodo 2005-2006 entregados por las propias empresas a los servicios de evaluación ambiental. El mismo fenómeno se repite en varios centros ubicados en la Región de Aysén. 

Más recientemente, entre julio del 2010 y febrero del 2011, en las comunas de Quemchi, Queilén, Calbuco (Pargua), Hornopirén y en el Estuario del Reloncaví se han detectado “varamientos” de sardinas y de langostinos (ver Figura 2), pérdidas de producciones de mitílidos y muertes de otros recursos bentónicos que podrían ser una consecuencia del estado de degradación del medio acuático en el Mar Interior de Chiloé. En la mayoría de los casos, el Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA) ha señalado que ha tomado “muestras” para ser sometidas a análisis de cuyos resultados nunca se han tenido noticias.

Las evidencias empíricas de un colapso ambiental que se registra en el Mar Interior de Chiloé siempre serán las únicas evidencias posibles de obtener ante el encubrimiento de tal crisis ambiental que realizan los servicios públicos y las empresas.

Aunque existe una Ley de Transparencia que debiera obligar a los Servicios del Estado a entregar la información que se les solicita, cuando se tiene el propósito de llegar a entender en qué estado se encuentra el ambiente acuático intervenido por la salmonicultura y/o la miticultura, cuando se les solicita a los municipios que hagan las preguntas respectivas, indefectiblemente se recurre a alguna excusa legal para impedir el acceso a la información. 

La Ley de Transparencia se aplica sólo si las empresas quieren que se aplique y recurrentemente los servicios del Estado “aconsejan” a estas para que la información que se les ha solicitado sea clasificada como “confidencial” para poder negarla. Así ha ocurrido en Magallanes, en Aysén y en Queilén, donde el Servicio Nacional de Pesca, consultado por distintas organizaciones ambientalistas, indígenas y de la pesca artesanal respecto a información relativa a la salmonicultura, ha recurrido a la artimaña de la “confidencialidad de la información” para no entregar los antecedentes que se le solicitan aún siendo esta sólo de carácter administrativo y no productivo, por ejemplo respecto a superposiciones en solicitudes de acuicultura presentadas para la Región de Magallanes y donde se declaró “confidencial” una información sobre proyectos que ni siquiera han presentado sus respectivos documentos para ser evaluados ambientalmente. 

¿Qué puede ser “confidencial” en un proyecto que ni siquiera existe y que sólo es una intención productiva? 

El Mar Interior de Chiloé, uno de los 10 “mares interiores” que existen en el mundo, también sigue a merced de los servicios públicos que, por sobre todas las cosas, existen para proteger los intereses de las empresas salmoneras.

La Asociación Indígena Wenumapu de Queilén y dos comunidades Huilliches elevaron, durante el año 2010, solicitudes de información meramente administrativa (vigencia de concesiones acuícolas en distintos sectores del borde costero comunal) que también SERNAPESCA declaró confidencial, tras la respectiva consulta a las empresas sobre las que se solicitaba información.

NADA HA CAMBIADO EN LOS MARES AUSTRALES DEL PAÍS

El Estado salmonero, con su Bancada salmonera en el Congreso Nacional tocando bajo la batuta del Senador Horvath y ahora potenciado con Intendentes salmoneros, Subsecretarios de Pesca salmoneros, Alcaldes salmoneros y manteniendo a los mismos funcionarios públicos salmoneros de los Gobiernos pasados en cargos claves, donde demostraron con amplitud su inoperante en la crisis del virus ISA (2009) aún vigente, mantiene su indiferencia a la crisis ambiental que causó la entrega irracional de concesiones acuícolas que mantienen rodeada a la mítica Isla de Chiloé y a Chiloé continental. El Estado salmonero ahora se apresta a ocupar con cientos de balsas-jaulas los fiordos, senos y canales de Magallanes donde ya en el año 2008 se manifestó el virus ISA y otras características propias de una Industria tóxica y depredadora.

La crisis social que causó la salmonicultura, derribada por sus piojos y enfermedades, no será sino apenas una fracción de la gran crisis social que se generará cuando el Mar Interior de Chiloé termine por convertirse en un Mar Muerto, definitivamente sacrificado para que una actividad especulativo-financiera, como siempre lo fue la Industria Salmonera, llegara a materializarse.

Ciertamente, el Estado salmonero continúa… pero la resistencia TAMBIÉN.

Por Héctor Kol 
Asesor en Acuicultura
Comunidad Pepiukelén de Pargua.
Febrero 2011
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DIDYMO

DIDYMO
¿Que es el Didymo?...

El nombre común para una diatomea (alga microscópica) de nombre científico complejo: Didymosphenia geminata, cuyos extensos tallos invaden el lecho de ríos y arroyos. Por su semejanza al papel higiénico mojado, también se conoce como “moco de roca”. 

A nivel mundial, su proliferación ha generado escenarios desbastadores. Su impacto negativo no solo es estético. Es capaz, en un período relativamente breve de tiempo, de invadir ríos, acequias, canales, construcciones hidroeléctricas, tuberías y tomas de agua. Sin embargo, la mayor preocupación -en torno a la proliferación de esta alga- está relacionada con la grave amenaza que constituye para un ecosistema, al reducir la disponibilidad de oxígeno en el agua, disminuir la calidad y cantidad de recursos tróficos (alimenticios) y alterar los sitios naturales de reproducción y desove de peces… En síntesis: es un alga altamente perniciosa que altera la composición, estructura y dinámica del ecosistema, impactando la ictiofauna de regiones remotas como Patagonia –reconocida mundialmente por su pristinidad y pesca deportiva- y por extensión, al turismo asociado y la fuente de ingresos de su población. 

La evidencia fósil (rocas sedimentarias) sugiere que las diatomeas surgen durante el Jurásico temprano (199 a 145 millones de años atrás). Muchísimos años antes de la aparición de un recién llegado a la tierra, como es el género humano… Son algas microscópicas unicelulares que poseen una pared celular única hecha de sílice (dióxido de silicio hidratado) llamada frústula que las diferencia de otras algas, pudiendo llegar a constituir hasta el 90% de su peso total, por lo cual, cuando mueren, precipitan, originando las tierras de diatomeas o diatomita

Viven siempre en el agua o ambientes húmedos, flotando libremente (planctónicas) o sujetas al substrato (bentónicas). Son autótrofas, es decir, fotosintetizadoras, lo cual las convierte en productores primarios dentro de la cadena trófica, constituyendo el grupo más numeroso de los microorganismos que conforman el fitoplancton, al aportar el 45% de la producción primaria total. Pero también, por su condición de fotosintetizadoras, fijan millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) atmosférico. Una cantidad similar al total absorbido por las selvas tropicales del mundo, y en este proceso, aportan 20% del oxigeno planetario. 

Algunos géneros se encuentran presentes, en aguas dulces o salobres, mientras otras especies están adaptados a ambientes mucho más restrictivos en términos de pH temperatura, salinidad, contenido de materia orgánica, oxigeno y nutrientes, por lo cual, con frecuencia se les utiliza como indicadores de calidad ambiental.

Didymosphenia geminata (Didymo) 

Es un alga microscópica que prolifera en ambiente de aguas dulces oligotróficos (bajo en nutrientes). Produce gran cantidad de material mucilaginoso extracelular, formando un grueso tallo o floración que se adhiere fuertemente al lecho de los río. 

Es endémica de las regiones frías templadas del hemisferio norte (Europa, Asia y el norte de América del Norte). Fue reconocida por primera vez en 1814 en las Islas Feroe, una región autónoma de Dinamarca, ubicada entre Escocia e Islandia, que se ha hecho tristemente famosa en los últimos años, por la matanza de cetáceos, que forma parte de la “tradición cultural” (video con fuertes imágenes) de sus ¿civilizados? habitantes. 

A mediados de los 80 se detectaron crecimientos masivos de esta alga en el noroeste de Norteamérica. En la actualidad, invade ríos de más de 20 estados en Norteamérica y el sur de Canadá. Sin embargo, el país más afectado, en la actualidad, es Nueva Zelanda, donde esta alga invasiva - introducida por pescadores a fines de los años 90- prolifera en casi la totalidad (150) de los cauces fluviales de la Isla Sur. 

Hasta su reciente descubrimiento en Nueva Zelanda, nunca se detecto su presencia en el hemisferio sur. En Chile, por única vez el año 1964, es reconocida en el Río Cisnes y Lago Sarmiento (Torres del Paine). Sobre esta información, existe una duda razonable de que sea la misma especie investigada en la actualidad y de ser efectiva la información, nunca adquirió el carácter de plaga…El año 2009 surgen algunos reportes preocupantes de su presencia en Argentina, pero fue la confirmación por parte de US Geological Survey (USGS) de la presencia de Didymosphenia geminata en la zona del río Futaleufú (Chile) el 2010, la que generó la alerta y la movilización de las autoridades. 

En mayo del año recién pasado, el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) analizó muestras extraídas en el río Futaleufú, confirmando la presencia de abundantes colonias de diatomeas del género Didymosphenia sp. a lo largo de más de 56 km. de su cauce. El mismo centro, en fecha posterior, detecta la presencia de Didymo, en diversos estados de desarrollo en los ríos Aysén, Los Palos, Coyhaique, Mañihuales, Tigre, Blanco, desembocadura del Yelcho, Emperador Guillermo, Simpson y Ñirehuao, llevando al Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA) a declarar una alerta sanitaria para su control. 

Por lo que se sabe, es inodora y no es toxica, ni para organismos acuáticos ni para el hombre. No es la célula de D. geminata, en sí mismo, la responsable del impacto negativo sobre los cursos fluviales. Su mayor impacto está asociado a la gran capacidad que tiene para sintetizar polisacáridos extracelulares (tallos) -entre 3 y 20 cm. de espesor y varios km. de longitud- que conforman una gran colonia mucilaginosa que se adhiere fuertemente al fondo rocoso de los ríos, alterando la composición, estructura y dinámica del ecosistema, al reducir el oxigeno disuelto en el agua, afectando las poblaciones de macroinvertebrados (insectos, moluscos y anélidos) y estados larvarios que forman parte de la limentación de peces y otras especies acuáticas; que ven disminuida su diversidad, quedando en muchos casos reducidos a comunidades de quironómidos (mosquitos) y otros grupos típicos de aguas de mala calidad ambiental. 

La disminución en calidad y cantidad de recursos alimenticios termina por repercutir en la ictiofauna, que ve reducida sus poblaciones, al alterarse la composición, estructura y dinámica del ecosistema. 

En la actualidad, se han propuesto variadas estrategias para controlar el alga, pero todas con resultados negativos; llegando a la conclusión que la única manera efectiva de abordar el tema -sin alterar el ecosistema y afectar al rol juegado por las diatomeas en los macro equilibrios globales y el establecimiento de vida aerobica sobre el planeta- es evitar su difusión. En consecuencia, las actuales estrategias de control contemplan, tanto medidas restrictivas respecto al uso del agua, como barreras biosanitarias en el acceso a las zonas infestadas. 

Es así, como en los pasos fronterizos Patagónicos se ha establecido un estricto control sanitario por parte del personal del SAG (Servicio Agrícola y Ganadero) en Chile y de Gendarmería Nacional Argentina. 

Puede suamarse a esta campaña de "bioseguridad" mediante la practica de medidas muy simples: REMOVER - LIMPIAR Y SECAR 


  • No usar botas con fieltro y calzado o waders hechos de material absorbente. 
  • Remover antes de dejar un rio, arroyo o lago, toda presencia visible de algas en el calzado, vestimenta, aparejos de pesca, botes, kayak y vehículos. Depositar lo removido en un bote de basura. 
  • Viajar con un set de limpieza que incluya: un balde grande, detergente (biodegradable), cloro domestico, sal domestica, povidona yodada, escobillas y bolsas desechables. 
  • Sumerja y lave sus implementos de pesca (vestimenta y parejos) por 10 minutos en un balde en una solución de 10 litros de agua y 1 taza (200 ml.) de cloro doméstico. También puede lavar sus equipos con una solución al 7% de sal común o agua caliente (sobre 60º C). Es obvio que no debe devolverse al agua lo que ocupo para lavar. 
  • Los vehículos y embarcaciones que entraron en contacto con el agua, deberán lavarse con una solución desinfectante. Limpie también los neumáticos y la parte baja del vehículo, si entro en contacto con el agua. 
  • Transporte peces u otras especies en contenedores herméticos para evitar el derrame de fluidos y la posible contaminación de vehículos y equipos. 
  • Los ambientes secos destruyen al Didymo. Esta alga puede sobrevivir por meses en ambientes húmedos. En consecuencia, para evitar su dispersión, no vuelva a utilizar sus aparejos de pesca, previamente desinfectados, hasta que estén secos. Espere al menos 48 horas antes de usarlos nuevamente.
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LA MEMORIA, COMO EL GAS, SON VOLATILES



Magallanes y los subsidios: un documento de 1877...

El antropólogo Joaquín Bascopé desclasifica una carta del siglo antepasado en que el gobernador de la colonia de Magallanes, Diego Dublé Almeyda, tiene la osadía de negarse a acatar el recorte de un subsidio a los víveres. La decisión del gobierno central terminó entonces en sublevación y desastre. Su reclamo suena extrañamente actual y puede establecerse un claro paralelo con la crisis del gas en Punta Arenas

El problema de la soberanía chilena en Magallanes tiene una relación histórica con los subsidios estatales. El conflicto del gas no es sino una actualización con matices. 

Desde su fundación en 1848, la vida en Punta Arenas fue la de una colonia de presos y relegados que dependía del comercio de pieles y plumas con los nómadas tehuelches. Recién en 1877 desembarcaron, provenientes de las Malvinas, las primeras ovejas que propiciarían un espectacular desarrollo económico que duraría hasta el final de la Primera Guerra. Pero siendo en un comienzo extranjeros los animales, las máquinas, los obreros y sobre todo el capital, el modo de garantizar la presencia nacional continuó siendo una preocupación de gobierno durante esta belle époque. Tanto más cuando la disputa limítrofe con Argentina parecía no resolverse con tratados. La fecha de 1877 es, de esta forma, una clave en la historia regional, con una serie de episodios que se proyectan en el conflicto actual del gas. 

Retengamos un documento: En octubre de 1877, el gobernador de la colonia de Magallanes, Diego Dublé Almeyda, osó informar al ministro de Relaciones Exteriores, José Alfonso, que suspendería la aplicación de un decreto por el cual el gobierno recortaba el subsidio de víveres de la guarnición militar de la colonia (ver documento original). Dublé expuso “las poderosas razones” que lo obligaban a tomar esa medida describiendo, tal como alegan hoy los vecinos, la precaria situación de quienes aseguraban la soberanía chilena en la región. Los subsidios (“raciones”) eran el aliciente para que el soldado se desplazara con su familia, tomase “apego al lugar” y, tras cumplir con su destinación, se quedara en la Colonia, “estableciéndose así el aumento de la población sin ningún sacrificio extraordinario para el fisco.” 

Como si se refiriese al conflicto del gas, se preguntaba: “¿Cómo es posible que en Magallanes, donde los artículos de primera necesidad tienen tan subido el precio en el comercio, pueda el soldado sostenerse?” Dublé señaló que de aplicarse la medida, el soldado quedaría “en peor condición que el relegado”. Como el alcalde Mimica en estos días, el gobernador propuso un plazo de seis meses para adaptar el decreto, adaptación que implicaría traer soldados sin familias “lo que”, observó, “no convendría a la Colonia”. 

Así como el presidente Piñera incumple una promesa verbal, el subsidio a los soldados no estaba escrito en ningún contrato, lo que fue aprovechado por el gobierno para suspenderlo. Sin embargo, le respondería Dublé, “¿quién ignora que una de las gracias ofrecidas a los que vienen a establecerse a Magallanes en calidad de empleados es la de que gozarán, tanto éstos como sus familias, de raciones de víveres? Si esta promesa no se les ha hecho por escrito, ha sido verbal, y la práctica observada en tantos años es conocida por todos.” Lo que el presidente desconoce estos días es una práctica conocida por todos los magallánicos, a saber, la rudeza de la vida en la región que hace de la soberanía no una voluntad militar, como entonces, sino una costumbre civil. 

La defensa de la guarnición que hizo Dublé descubre toda su actualidad con el bloqueo y las barricadas de estos días. De hecho, un mes después de su informe, el 12 de noviembre de 1877, estalló el llamado “Motín de los Artilleros”, encabezado por los militares perjudicados, que costó la vida al capitán de la guarnición, destruyó una parte de la ciudad, hizo huir a la población a los cerros vecinos y del que el propio gobernador escapó milagrosamente. Este evento puso en alerta al gobierno y forzó, ese mismo año, la transformación administrativa de Magallanes pasando de “Colonia Penal” a “Territorio de Colonización” (o bien, de cárcel a ciudad). 

Magallanes sigue siendo un “Territorio de Colonización” si atendemos al reclamo de la Asamblea Ciudadana respecto al patriotismo de vivir en la región. Ante la indiferencia que, hoy como ayer, muestra el gobierno central, “Territorio de Colonización” parece más un concepto más coherente que el estatuto de “Provincia”, adquirido recién en 1929, y que determinó, entre otras cosas, el traslado desde Relaciones Exteriores al Ministerio del Interior, es decir, a ser un asunto propiamente chileno. 

Magallanes comenzó a dejar de ser una apuesta estatal. ¿Acaso el enfriamiento del conflicto con Argentina permite hoy día ahorrar subsidios que antiguamente no se escatimaban? Esta hipótesis parece verosímil si se considera que, incluso durante su belle époque económica (1893-1920), Magallanes fue asunto de Relaciones Exteriores –como en algún momento ocurrió con la Araucanía–, es decir, tuvo un régimen especial, objeto de dilapidación estatal por un interés geopolítico. ¿Existe aún este interés? Las correspondencias entre el documento que desclasificamos a continuación y la crisis del gas puede ser un indicio. Desclasificación que es, al mismo tiempo, una invitación a las actuales autoridades a hacerse cargo de la utopía nacional que, forzando el clima y la geografía, Chile intentó –con subsidios– construir sobre el Estrecho de Magallanes.

  • Publicado por CIPER (Centro de Investigación e Información Periodística)Joaquín Bascopé
  • Julio es antropólogo y actualmente realiza su tesis doctoral en Sociología en la École des Hautes Études en Sciences Sociales sobre la colonización de Tierra del Fuego.
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MUERE UNO DE LOS ÚLTIMOS KAWESKAR PUROS

Uno de los últimos representantes puros de la etnia Kaweskar, pueblo nómada y canoero que navegaba libremente por los canales de Patagonia chilena -entre el Golfo de Penas y el Estrecho de Magallanes- ha fallecido a causa de un shock septicémico, informó hoy la prensa de la austral ciudad de Punta Arenas. 

Alberto Achacaz Walakial, a sus 79 años, se encontraba hospitalizado desde mediados de junio en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Naval (UCI) de esa ciudad, a 3.090 kilómetros al sur de Santiago y falleció ayer en horas de la tarde, luego de permanecer en los últimos días conectado a un ventilador mecánico. 

Achacaz Walakial había llegado al recinto hospitalario con deshidratación y signos físicos de evidente abandono. Una situación que se vio acentuada desde el fallecimiento de su esposa -Margarita Edén Molinare- en 1999, la fractura de su pierna y el incendio que afectó a su vivienda, hace seis años. A pesar de estas desgracias y su avanzada edad, el abuelo Achacaz continúo con su vida normal, construyendo canoas de pieles de lobo marino y tejiendo canastos de junco en la soledad de su hogar, y ofreciendo su artesanía, hasta hace pocos días, en la Plaza de Armas de Punta Arenas, para subsistir con algún grado de dignidad. 

La etnia Kaweskar, a finales del siglo XIX estaba compuesta por unas 800 miembros. Tras años de exterminio sistemático -cuando los grandes latifundistas de la zona pagaban un precio por cada indígena muerto- su población casi fue diezmada. Durante el siglo XX, luego de soportar las enfermedades venéreas, tuberculosis y alcoholismo que trajo el “hombre civilizado”, solo quedarían 61 representantes. Hoy su población asciende a unos 300 miembros, entre puros y descendientes de segunda a cuarta generación, que habitan principalmente en el sector de Puerto Natales y Punta Arenas, y sólo una veintena reside en la aislada localidad de Puerto Edén, a unos 700 kilómetros al norte de la capital regional. 

La muerte de Achacaz Walakial reveló las vulnerables condiciones de vida de los últimos representantes puros de la etnia Kaweskar, cuyas viviendas se levantan en lugares inhóspitos, húmedos y distantes del resto de la población nacional. Un medio ambiente de extrema rudeza donde han sabido sobrevivir por cientos -quizás miles- de años. La lenta desaparición de los últimos miembros de este pueblo canoero preocupa, ya que son  cada vez menos, quienes podrán transmitir su herencia histórica y su lengua. 

¡Navega en paz, abuelo Achacaz!
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AEROPUERTO PUERTO NATALES.

AEROPUERTO PUERTO NATALES
El aeropuerto Teniente Julio Gallardo, se ubica a 7 km de la ciudad de Puerto Natales. Fue inaugurado en 1995 con el propósito de facilitar el acceso al Parque Nacional Torres del Paine

Hasta el 5/12/2016, cuando se inauguraron las obras de ampliación, mejora y normalización del área de movimiento y terminal de pasajeros, disponía de una pista de asfalto de 1.760 metros de largo y 30 de ancho, que estaba operativa solo para recibir aviones del tipo: Boeing 737 (110-189 pasajeros). En la actualidad dispone de un terminal aéreo de 1.207 m2 que incluye hall de acceso, cafetería, zona de embarque y desembarque, una planta de tratamiento de aguas servidas, obras de paisajismo exterior y una pista de 2.000 metros de largo por 45 metros de ancho, que permite la operación de aviones de mayor envergadura como los Airbus A319 (124 a 156 pasajeros) o el A320 (164 a 180 pasajeros).

Durante la temporada 2006-2007 arribaron varios vuelos chárter con turistas europeos -principalmente franceses- utilizando aeronaves del tipo Boeing 737-200 Advance operados por la empresa nacional Sky Airlines. Además, en forma regular es utilizado por la regional Aerovías DAP y en la actualidad, los emprendedores argentinos esperan concretar un acuerdo para establecer un “puente aéreo” entre el aeropuerto de Calafate y el de Natales, para extender su oferta turística en Patagonia. 

Algunos, a pesar de que resulta obvio el rol que ha desempeñado el estado en el desarrollo regional, siguen sosteniendo que la subutilización del terminal aéreo -sólo de Diciembre a Marzo, en temporada estival- es consecuencia de que “las autoridades chilenas son lentas para tomar decisiones que impulsen su uso más intensivo” (“La Prensa Austral -28/4/2007- Manuel Rodríguez). 

Otros, entre los que me incluyo, planteamos que es parte de las políticas implementadas por LAN Chile, hoy LATAM y su decisión de seguir utilizando el aeropuerto de Punta Arenas -distante a 257 Km. al sur de Puerto Natales- como su base de operaciones, olvidándose de Natales. Una decisión, que no se relaciona con las condiciones técnicas y de seguridad que ofrece el actual terminal, sino de una "curiosa" estrategia comercial. Una decisión respetable, por cierto, pero ha derivado, a falta de otras alternativas, no solo en prácticas impositivas -tarifas, horarios- sino también, ha limitado la afluencia de un mayor número de turistas -incluidos los nacionales-, para los cuales resulta, en muchos casos, prohibitivo, porque, además del valor de los pasajes, deben asumir costos adicionales de traslado y estadía, en su viaje a Torres del Paine. 

No pretendo que LAN asuma un rol solidario y subsidie los precios a Patagonia. Pero de vez en cuando, es bueno mirar al jardín del vecino y aprender de la experiencia de otros… En este sentido, la experiencia de los emprendedores argentinos, puede ser un buen referente o incluso un modelo para imitar. Hacia 1997 había en El Calafate (Argentina) un aeropuerto de tercera categoría -dicho por ellos- al que sólo podían arribar aviones muy pequeños. Entonces, las autoridades de Turismo de la Provincia de Santa Cruz (Argentina), decidieron invertir -al igual como se ha hecho en Puerto Natales- en un nuevo terminal aéreo para facilitar el acceso al Parque Los Glaciares. De esta forma, no sólo redujeron las horas de viaje innecesario y tedioso desde Río Gallegos (352 Km al oriente.), sino también, mejoraron su accesibilidad, extendiendo el servicio a todo el año. 

Y los resultados de su estrategia y la decisión de avanzar en este sentido, están a la vista. Mientras el aeropuerto de El Calafate -que entró en operaciones recién en Noviembre de 2000- recibió ya el año 2006 a 188 mil pasajeros el de Natales (Chile), sólo movilizó a 3.600 (la mayoría de ellos en vuelos chárter). La disparidad de movimiento entre ambos terminales, no solo es abismante, sino también, un motivo de preocupación, más aún, cuando gran parte del desarrollo futuro que se prevee para la región está asociado al turismo.
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TORMENTA DE POLVO EN PATAGONIA


En fecha reciente, en blog de una persona muy querida que vive en Chile Chico -Patagonia chilena- aparecía el siguiente comentario: ”no ha habido una evaluación de los efectos que pudo haber provocado la erupción del Hudson y su permanente nube de cenizas sobre la salud de los habitantes de la zona…Así vivimos en la zona. En la mañana desempolvas y a medio día tu casa está cubierta nuevamente de polvo”… 

Y rescato este comentario, a raíz de una información que ha comenzado circular con cierta fuerza a nivel mundial, que dice relación con un descubrimiento que ha llamado poderosamente la atención de la comunidad científica: las tormentas de polvo en Patagonia. Un fenómeno, recurrente y conocido por la población local -que hasta ahora solo había generado algunos inconvenientes domésticos o de salud- pero desde su descubrimiento, se ha integrado a un acalorado debate científico y esta en la mira de inescrupulosos inversionistas, que ven en él, una forma fácil de hacer un gran negociado, a expensas de una inquietud mundial: el calentamiento global... y su posibilidad, no utópica, de que de este fenómeno pudiese ayudar a reducirlo.
Según información proporcionada por la periodista, Fabiola Czubaj, del Diario la Nación de Argentina (8/10/2007) “todo comenzó cuando un científico argentino que analiza imágenes satelitales para la agencia espacial de los Estados Unidos (NASA) observó manchas difusas que salían de Patagonia hacia el océano Atlántico. Tras descartar la presencia de nubes en el cielo austral, vio que se trataba de tormentas de polvo”…De ellas, dice el doctor Santiago Gassó, su descubridor e investigador asociado de la Universidad de Maryland (EE.UU.) y la NASA, donde se dedica a la detección satelital de aerosoles (partículas en suspensión dispersas en el aire) "conocemos el impacto local que tienen sobre la salud de la población, pero ignoramos su influencia sobre el clima".

“El estudio que realiza junto al doctor Diego Gaiero en el Centro de Investigaciones Geoquímicas y Procesos de la Superficie de la Universidad Nacional de Córdoba, detecto que la cantidad de polvo que vuela de Patagonia y se deposita sobre el agua del Atlántico es aproximadamente de unos 30 gramos por metro cuadrado por año. Este dato, según Gassó, es sólo comparable a la cantidad de polvo que el Mediterráneo recibe del Sahara, el desierto más grande y una de las zonas conocidas más activas del mundo en este tipo de fenómenos”.

Desde entonces, Gaiero y Gassó trabajan a la par con científicos de Italia, Alemania, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Chile, Brasil y Argentina en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT), en Puerto Madryn, recolectando información para evaluar el fenómeno. Gassó agrega: "existe mucho interés por saber la estructura de estas partículas y su desplazamiento e influencias en el clima a nivel global. En esta región del mundo, gran parte de las partículas que se encuentran en la atmósfera tienen un origen volcánico (cenizas) y por ello, una composición química compleja, que además, está asociada a emisiones de volúmenes importantes de gases de efecto invernadero y cuyo impacto sobre el clima no ha sido suficientemente evaluado. 

Y la pregunta que resulta obvia es: ¿Cuál es la diferencia con lo que ocurre en otras latitudes, que hace tan significativo este hallazgo?... Primero, señalar que esta investigación se inscribe dentro de una serie de trabajos con miras a enfrentar el calentamiento global. En ella, los océanos desempeñan un papel importante dentro del ciclo del carbono, en el que interactúa la atmósfera, el medio ambiente físico y los organismos vivos. El CO2 atmosférico se disuelve en contacto con las aguas oceánicas y las corrientes submarinas lo diseminan por el planeta. El fitoplancton, microorganismos vivos dotados de capacidad de realizar la fotosíntesis (producción de materia orgánica a partir de la utilización del dióxido de carbono, el agua y la energía solar) que habitan en los mares, absorben cantidades significativas de CO2 de manera similar a como lo hacen las plantas terrestres. Cuando abunda el plancton, el océano se convierte en un "resumidero de carbono", que absorbe el CO2 y lo convierte en residuos orgánicos que eventualmente se hunden y almacenan en el fondo marino, como sedimentos. En teoría… una forma de retirar de la atmósfera el CO2 para combatir el calentamiento global, es propiciar el crecimiento del fitoplancton. 

El aumento progresivo de los valores de CO2 en la atmósfera -como de hecho ha ocurrido en los últimos 200 años- podría hacernos suponer que la cantidad de dióxido absorbida por los océanos debiera presentar niveles de saturaciones similares y comparables en diferentes partes del mundo. Sin embargo, no es así. Resultados preliminares, que provienen de tres grande proyectos de investigación oceanográficos financiados por Europa -ESCOBA, CARUSO y ASGAMAGE– han concluido -utilizando técnicas experimentales y modelos informáticos creados especialmente para este propósito- que los océanos del hemisferio sur absorben más carbono. Un fenómeno, que a todas luces resulta incomprensible. Primero porque la disponibilidad de radiación solar –necesaria para la fotosíntesis de los organismos vivos que lo habitan- es significativamente inferior a la disponibilidad en áreas próxima al ecuador. Segundo, los habitualmente agitados y tempestuosos mares del hemisferio sur, no contribuyen a que el fitoplancton permanezca en superficie y reciban la cantidad de energía solar necesaria. Habitualmente, es sumergido a profundidades donde ni siquiera llega la luz. ¿Y entonces como se explica?.

La explicación para este fenómeno, según Hein de Baar, uno de los investigadores del proyecto CARUSO, es que el elevado contenido de CO2 de los mares del sur, es producto de aguas que emergen desde las profundidades con alto contenido en nitrógeno, fósforo, silicio y otros micronutrientes, que se asociarían a corrientes horizontales que provienen de los márgenes continentales -arrastre sedimentario- también ricas en minerales, que enriquecen con hierro (Fe) las aguas superficiales, contribuyendo a mantener una población de fitoplancton de mayor densidad.

¿Cual es el papel del hierro? Este participa en procesos de oxidoreducción, especialmente en mitocondrias y cloroplastos e interviene también en sistemas enzimáticos no oxidoreductores, en los que generalmente, actúa de elemento puente en el establecimiento del complejo enzima-sustrato. En esta línea, el hierro desempeña un papel fundamental en la biosíntesis de clorofila (pigmento fotoreceptor donde se produce la fotosíntesis). Finalmente, el Fe, también, constituye un elemento fundamental en el proceso de fijación de nitrógeno (N2), necesario par la formación de proteínas. Dicho en lenguaje menos académico, la capacidad de fotosíntesis del fitoplancton, NO dependería única y exclusivamente de la cantidad de energía solar disponible, si no también, de la disponibilidad otros micronutrientes y en particular del hierro, que sería un factor que limitaría su capacidad fotosintética. Este hallazgo ha llevado a algunos investigadores a sugerir que se fertilice con hierro los océanos en un intento de aumentar la actividad fotosintética y así reducir el CO2 atmosférico, para frenar el cambio climático. Una hipótesis atractiva, sugiere Gaiero, donde el aumento del fitoplancton, también tendría un efecto beneficioso sobre la disponibilidad de alimento para otras especies y en consecuencia, más peces y más comida para la creciente población humana.

Los detractores de esta hipótesis –necesarios para una discusión saludable- plantean que la adición arbitraria de hierro cambiaría completamente las comunidades biológicas marinas. La descomposición de grandes cantidades de fitoplancton reduciría los niveles de oxígeno en el agua y la actividad microbiana asociada a bajos niveles de oxígeno o sencillamente anaeróbica, pudiese derivar en la producción de potentes gases de efecto invernadero como el metano (62 veces más potente que el dióxido de carbono) y óxido nitroso (275 veces más activo que el dióxido de carbono), lográndose el efecto contrario. 

Estudios científicos recientes demuestran que añadir hierro al océano solo reduciría el dióxido de carbono entre un 16-18% en el mejor de los casos, pero se desconocen sus consecuencias. Y he aquí la importancia de las “tormentas de polvo de Patagonia” y la comprensión de su dinámica y sus efectos…. 

Desde tiempos inmemorables, las fuentes de aerosoles (partículas) primarias de origen natural han sido: de origen marino, mineral y volcánico. Cualquiera que sea su origen, hay un factor común que contribuye a la dispersión y a la “fertilización natural” de los mares australes, el viento… que es un patrimonio de Patagonia. Ahora bien, las fuentes marinas aportan principalmente partículas enriquecidas con cloruro de sodio. Las de origen mineral, son partículas que arrastra el viento desde la superficie, especialmente cuando el suelo está seco y desprovisto de una cubierta vegetal. Estas partículas se componen de materiales derivados de la corteza terrestre y por lo tanto son ricos en óxidos de hierro, calcio y aluminio. Finalmente, están las fuentes de origen volcánico que proveen grandes cantidades de gases y aerosoles –ricos en compuestos minerales- pero al contrario de las fuentes anteriores, estas son inyectadas a una gran altura en la atmósfera, permaneciendo durante un mayor tiempo en suspensión y su área de dispersión es muchísimo más amplia.

Las tormentas de polvo que hoy se detectan con apoyo de tecnología satelital, no es un fenómeno nuevo en Patagonia. De hecho, vestigios de cenizas volcánicas se pueden encontrar en testigos de hielo obtenido en la Antártica (1.000 a 3.000 Km. al sur) a diversas profundidades, pudiéndose incluso, con un alto porcentaje de certeza, precisar su origen.

Por ello, tal vez, la importancia de estos descubrimientos científicos radica en comprender su dinámica e interrelación con otros fenómenos climáticos o de otro orden. Puesto que no hay referentes naturales sobre la fertilización de los mares en otras latitudes, ni estudios concluyentes sobre el particular, la adición de hierro u otros oligoelementos en forma arbitraria, sin una compresión cabal del fenómeno, pudiese desencadenar una catástrofe ecológica de consecuencias impredecibles, sin descontar por cierto, la influencia de la irrefrenable ambición e irracionalidad del “Homo Sapiens” –proclive a convertir en negocio cualquier cosa, sin reparar en sus consecuencias- que ha demostrado que de “sapiens” tiene poco -de lo contrario, no estaríamos enfrentados a buscar soluciones para evitar la autodestrucción- y pudiese sentir tentado a sacar conclusiones rápidas sin ninguna base científica a partir de esta información preliminar, de un fenómeno que ciertamente se produce, pero poco comprendemos. Una ecuación que la naturaleza a logrado equilibrar después de millones de años de evolución, y con nuestra arrogancia la pretendemos zanjar y convertir en negocio en minutos.

Tal vez por ello, agregar algunos antecedentes más sobre estos fenómenos. Las investigaciones sobre partículas en suspensión atmosférica, su desplazamiento y su influencia sobre el clima, es uno de los aspectos menos comprendidos. Un tema que ha demostrado tener más importancia y aristas de lo que se pensaba. Una amenaza ignorada, que por su naturaleza migratoria lo convierte en un problema global, pudiendo desencadenar problemas climáticos muy lejos de sus fuentes de origen y que no está recibiendo la atención que merece", señala el profesor Andrew Goudie, docente de la Universidad de Oxford. De hecho, el análisis que se hace de estos fenómenos, incorpora modelos, que no necesariamente son validos. Curiosamente y contradiciendo la lógica más elemental, una mayor cantidad de polvo en el aire no es necesariamente producto de la falta de lluvias según los científicos de la Universidad Hebrea de Israel y del Instituto Weizmann "El impacto que tiene el polvo en las lluvias es algo que no se sabía", dice científico Daniel Rosenfeld. De hecho, este resultado es completamente opuesto a lo que suponía la comunidad científica. El polvo y otras partículas suspendidas provocan que las minúsculas gotas de agua que se forman en las nubes se hagan más pequeñas y que las lluvias disminuyan o no se produzcan. El mayor peso específico de las partículas no necesariamente favorecen las precipitaciones. Un círculo vicioso, en el cual la sequedad genera más clima seco y podría tener importantes repercusiones en el clima a nivel global.

Por otra parte y para finalizar, recordar que una parte no despreciable del polvo que circula en Patagonia, tiene un origen antropogenico. El sobrepastoreo de tierras incapaces de soportar la presión a la que se expuso durante la “época dorada” de la ovejería y la tala irracional del bosque, han terminado por hacer perder parte importante de su insipiente cubierta vegetal, quedando irremisiblemente expuestas al viento. Una contribución no menor al fenómeno de dispersión de polvo en Patagonia, que por cierto, tiene una solución al alcance de nuestra mano.
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D'OLBEK: CERVEZA ARTESANAL DE PATAGONIA

Hace dos años que Carlos de Smet d´Olbecke junto a su mujer Beatriz Casanova, aprovechando la excelente calidad de las aguas de la XI región comenzaron a elaborar D´olbek la primera cerveza orgánica producida en Aysén –Patagonia Chilena- que contó con financiamiento CORFO

Carlos, nacido y criado en Chile Chico es hijo de los primeros inmigrantes belgas llegados a la zona en la década del 40, un dato no menor, ya que Bélgica es un país reconocido mundialmente como un gran productor y consumidor de cerveza de gran calidad, al igual que Alemania y República Checa. 

Dolbek es una bebida natural que conjuga los sabores y recetas de las más prestigiadas cervezas de Bélgica y Europa. No tiene ningún producto químico, es absolutamente natural. Utiliza agua pura como ninguna, lúpulo importado, la mejor levadura y cebada malteada. Eso le da un sabor especial y un color único que la distingue. Es una cerveza rubia, tipo Pilsen Lager, con una graduación alcohólica de 4,5 %, que se envasa en botellas de color ámbar de 330 cc. 

Juan Carlos San Martín, Director Regional de CORFO, al referirse al proyecto ha señalado que “estamos absolutamente comprometidos con este tipo de proyectos y seguiremos apoyando en la medida de nuestras competencias lo permitan; esta nueva idea que genera empleo y riqueza para Aysén”. Para De Smet este nuevo desafío abre enormes posibilidades para la Región, que incursiona en un nuevo rubro agrícola, la producción de lúpulo sobre suelos Patagónicos. 

D'olbek es un producto premiun que que seguramente identificara a la XI Región en el corto plazo.

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